viernes, 11 de febrero de 2011

Crónica Festes de Sant Blai 2011


Como tengo por costumbre desde hace unos años, me dispongo a relatar mis impresiones en esta crónica de las fiestas 2011.

El ambiente previo venia caldeado por la celebración del referéndum en el que la población festera de Bocairent mayor de edad iba a dar su opinión acerca de la posibilidad de cambiar las fechas tradicionales de celebración de las fiestas a fin de semana. La profunda división de opiniones quedo reflejada en el resultado final que demostraba lo igualadas que ambas opciones estaban entre los festeros, dejando en manos del ayuntamiento la decisión final de realizar o no una consulta a nivel de pueblo esta vez vinculante que ponga punto y final a la polémica .

No obstante y pese a las diferencias surgidas entre los distintos pareceres de los festeros acerca de los criterios empleados para el voto por correo, la gente en general supo aparcar el tema y propiciar un ambiente de concordia durante los días de fiestas que empiezo a relatar.

Día de les Caixes
Tras una eterna jornada de trabajo que mi ilusión por las inminentes fiestas parecía dilatar en exceso, al fin pude abandonar mi despacho y salir a la calle ataviado con mi manta.

El intenso frío reinante, me pareció un mal menor en comparación con las terribles expectativas meteorológicas que días antes predecían un temporal de agua para los días grandes, pero que afortunadamente y por un cambio de viento providencia acabó lejos de nuestro territorio reinando un tiempo excelente y un sol radiante durante los días de fiestas.
De camino a la plaza y acompañado de mi mujer me llamó la atención que había menos gente que otros años allí congregada.

La grave voz del sargento mayor llamando a las cajas de cada filà a la fiesta y el primer ¡¡VITOL!! llenaron la plaza y vimos comenzar el desfile de “farolets”.

Mi mujer debido a su embarazo no podía permanecer de pie mucho rato de modo que decidimos ver desde el salón de  casa el castillo para que estuviese más cómoda.

Acabado el castillo acudí como todos los años en busca de mi cuadrilla de amigos y disfrutamos todos de una original cena a base de faisán con salsa de setas que junto a algún que otro cubata nos proporcionó el calor necesario para no acusar el frío del desfile. Pudimos desfilar al son de marchas tan conocidas como “L’Embaixador Cristià”.

Tras el desfile y después de la consabida tertulia me fui a casa. Por primera vez no volví oliendo a tabaco, ya que los locales de ocio permanecían libres de olor de humo a causa de la controvertida ley que entró en vigor este año (no obstante fue curioso descubrir la cantidad de olores “chungos” que el tabaco enmascaraba).

Día de L’Entrà
Al haberme retirado relativamente pronto la noche anterior pude levantarme con tiempo de sobra para acudir a la interpretación del himno a Bocairent y a la Arrancada de Bandas que habitualmente me suelo perder por estar todavía recuperándome de la nit de caixes.
Ya vestido con el traje de Zuavo y junto a mi mujer, acudí a la plaza disfrutando de la interpretación de las bandas de música y viendo pasar a los niños que protagonizaban mayoritariamente el desfile.

En la plaza, un compañero de filà me hizo señas indicándome que no olvidase tomar notas para escribir la crónica de este año, así que he querido reflejar su gesto en esta. Verdaderamente me hizo ilusión saber que hay gente que la sigue y dedica algo de su tiempo a leerla.
Acompañados por uno de mis amigos, su mujer y su hija, que salía por primera vez a la fiesta y estaba muy graciosa con su minúsculo traje de zuava, acudimos a la mascletá aunque nos mantuvimos a cierta distancia al ir con niños.

En líneas generales la mascletá fue correcta aunque con un final algo abrupto que nos hizo pensar que se había apagado antes de llegar al terremoto final. Este año según me cuentan se decidió por parte de la Junta de Fiestas que no se completase el paseo de las bandas hasta la plaza lo que no me agradó demasiado, ya que lo considero un acto bonito.
 Reunidos con el resto de la cuadrilla celebramos una comida espectacular en el restaurante “Riberet” donde fuimos tratados con gran exquisitez y disfrutamos de la maestría del Chef en cada uno de los platos y bebidas con los que nos hicieron pasar un rato memorable.

Tanto se alargó la comida que llegamos a formar en el Cop de Zuavos por los pelos. La expectación en la calle en el momento de empezar nuestra entrada la acaparaba el espectacular tigre que adornaba la carroza de Paco Blasco, nuestro capitán 2011.

Si bien en un primer momento nos pareció que el felino podía estar algo atontado por la indolencia con la que reaccionaba  al gentío que se agolpaba en torno a su jaula , pronto nos demostró que no era así. En un momento dado y ante el exceso de flashes que le importunaban, el animal se levantó luciendo su impresionante porte y enseño los colmillos al personal con un atronador rugido. Ni que decir tiene que más de uno salió por piernas ante la inesperada reacción de enfado del tigre.
Nuestro desfile transcurrió alegre y divertido tras la carroza de nuestro ilusionado capitán que rebosaba emoción en lo alto de la plataforma.

La gente en el recorrido algo escasa  sobre todo en Batalla de Lepanto aunque algo más numerosa que el año anterior en el centro del pueblo, donde fue disminuyendo el público conforme entraba la noche.
Un año más cuando acabamos el desfile acudimos casi todo el grupo a casa de mi abuela a ver el resto del desfile de la entrada disfrutando como siempre de una buena merienda y de buenos balcones desde donde aplaudir al resto de festeros que quedaban por pasar.

Desde allí disfrutamos del paso de Moros , Marrocs  y Marinos con vistosas capitanías y finalmente de los Mosqueteros encabezados por su capitán, Blas Ferre, que para la ocasión había recuperado, según me explico un amigo mosquetero, la antigua costumbre de lucir en las mangas de su traje las tres estrellas doradas de capitán y una pluma roja en el sombrero, a diferencia de la pluma blanca de punta roja de los demás mosqueteros. Según me contaron ambos atributos de su cargo fueron un regalo de sus amigos de filà, que lo acompañaban como escolta en la escuadra oficial. Iban seguidos de una gran banda de música donde los músicos lucían indumentaria inspirada en el uniforme de mosquetero.
Las carrozas cerraron la entrada permitiéndonos hacer buen acopio de juguetes  que llevarnos a casa.

Mi llegada a casa cargado de juguetes como si fuese un Rey Mago puso el broche al día de l’Entrà por este año.

Día de Sant Blai
Una de las ventajas de no poder trasnochar, es que puedes levantarte sin problemas para acudir a la Diana.

A las ocho de la mañana empezamos el día tomándonos un “timonet” en el Maset uno de mis amigos y yo. Fuimos los únicos de todo el grupo del día anterior que acudimos al acto.

El frío era muy intenso, tanto que cuando la escuadra pasaba por un trozo de calle soleado el cabo mantenía unos segundos a la escuadra marcando el paso sin avanzar para que disfrutásemos del reconfortante calor del sol.

La diana fue rápida y sin contratiempos , finalizando  ambos con un buen almuerzo a base de embutidos en el maset de  los Zuavos

Tras un breve paso por casa para recoger a mi mujer y esperar a otro de mis amigos que quería acompañarme, acudimos a la solemne misa del día de Sant Blai, este año oficiada por un sacerdote hijo de Bocairent. Largo sermón como corresponde a la solemnidad, bendición de caramelos y saludo a las autoridades para dirigirnos a casa con prisas para degustar el tradicional y sabroso puchero de Sant Blai que mi suegra preparó como cada año.

Cuando el cuerpo ya va pidiendo una siesta a la mayoría de los festeros, a los zuavos nos corresponde acudir al maset para formar el Piquete. Esta es una cita a la que ningún amigo falta, ya que es el acto insignia y razón de ser de nuestra filà.
Divertidísimo piquete con  las preceptivas paradas en casa del capitán y la alférez donde devoramos pasteles, pastas y cocas que las familias de los cargos de este año nos tenían preparadas.

La procesión la hicimos como siempre en formación detrás del santo. Como curiosidad decir que cuando alguno de los integrantes del piquete se lanzó a gritar un Vítol, se le hizo callar porque por algún motivo se había decidido que el piquete en formación no debía hacerlo. Al llegar a la plaza , privilegio de ser zuavos , pudimos ver en primera fila a los personajes más representativos de la fiesta. El Guión de Sant Blai portado por el capitán de los Españoletos y su escolta, el resto de  capitanes y alféreces, junta de fiestas, autoridades, la relíquia portada este año por la filà de Moros Marinos y por fin la imagen de nuestro santo patrón Sant Blai que se detuvo junto a nosotros y tuvimos el honor de acompañar en escolta hasta la iglesia.

Me llamó la atención al pasar los capitanes el elegante bastón en forma de lapicero en el que se apoyaba el veterano capitán de los estudiantes Vicente Colomer, siendo un elegante detalle .
Acabada la procesión entramos en la iglesia por los pelos para entonar el himno al santo “Honra y gloria al insigne prelado…”.

Desde allí vuelta en formación al maset donde tuvo lugar la enhorabuena al capitán que regaló a cada componente de la filà un curioso sombrero de paja en cuya cinta se podía leer el recuerdo de su capitanía. Resultaba divertido ver por las calles a multitud de zuavos que habían cambiado su reglamentaria boina por el sombrero.
Ataviado con mi sombrero de paja y cansado por la intensidad del día volví a casa poco después de que se disparase un bonito castillo de fuegos de artificio cerrando así los actos del día de nuestro patrón San Blas.
Día de Moros i Cristians.
Este cuarto día de fiestas me permití levantarme tarde puesto que el día anterior había sido largo no acudiendo a la diana ni el almuerzo posterior.

Tras una reconfortante ducha y evitando el recorrido del disparo por la ronda sur acudí con mi mujer a la plaza para ver la embajada del moro.

Esta era la primera vez que veíamos al embajador cristiano en lo alto del castillo, porque, aunque ya desempeñó el cargo el año pasado, tuvo que debutar en el maset de los Españoletos por la lluvia. Este año el radiante sol propició el lucimiento de ambos embajadores y la asistencia masiva de público a un acto que siempre me ha gustado.

Siguiendo el guión establecido, Los moros tomaron la fortaleza y tras la incruenta batalla vuelta al maset.

De camino encontré a mi abuela a la puerta del maset de los Estudiantes que, con gran ilusión, acudía a la comida a la que el capitán había tenido el detalle de invitar no solo a los miembros de la filà , sino también a las viudas de aquellos que, como mi abuelo, pertenecieron en vida a la filà de Estudiantes y compartieron con el tantas vivencias.

El capitán que celebraba su tercera capitanía en los estudiantes (había sido hacía 50 y 25 años atrás) obsequió a estas personas con una bonita bandeja en recuerdo de la amistad compartida con los estudiantes hoy ausentes.
Para nuestra cuadrilla se esta convirtiendo en tradición comer el día de moros y cristianos en el maset de los contrabandistas así que tras realizar las gestiones oportunas acudimos a compartir mesa con antiguos compañeros del contrabando y algunos de mis familiares que, como yo, están vinculados a esta filà.
La tarde se alargó en el maset del contrabando y una vez salimos de allí ya era hora de acudir a presenciar la embajada de la tarde. En la plaza mi hermano, que hasta el momento se encontraba ausente trabajando, acababa de llegar al pueblo acompañado de unos amigos del trabajo con los que estuvimos hablando largo rato sobre la fiesta y sus peculiaridades.
Cenamos en los Zuavos y salimos a ver la retreta donde, por ser Viernes, destacaría una asistencia de muy superior a la que vimos el día de L’Entrà. Destacar la participación de los Españoletos con una Batukada, los Marrocs con algunos de sus miembros disfrazados de bailarinas de ballet y la procesión de Semana Santa que organizó la filà de Mosqueteros en torno al tambor que hacia 50 años les rompió el alcalde en la que no faltaron ni los nazarenos , ni el palio ni la escolta militar ni la música procesional.

La embajada de la risa era esperada especialmente y en nuestro grupo había gran expectación ante la vuelta de nuestro amigo “Sata” a su papel estelar de embajador. Desgraciadamente la megafonía dio problemas y el público no se enteraba del texto perdiendo el interés conforme avanzaba la representación sin subsanarse el error.
Pese a los problemas de sonido, me pareció estupendo y a destacar el número de la canción “Colgado en la almena” de ingeniosa letra y representación que hizo las delicias del publico.
Por otro lado tacharía de desafortunado aunque supongo que  accidental, el lanzamiento del contenido de la botella de herbero al público al acabar el sketch del pulpo, que manchó el traje a alguno.

Mención a la interpretación “breve pero intensa” de dos de nuestros amigos en papeles de reparto y el ya mencionado embajador en papel protagonista
Seguro que en sucesivas ediciones y sin problemas técnicos este acto vuelve a cosechar los éxitos de las ediciones anteriores. Animar al grupo “Festa Avant” a seguir animando la noche del día de Moros y Cristians con su esfuerzo e ingenio.
El frío intenso y mi garganta a punto de decir basta, hizo que cogiera el camino de casa finalizando los actos del día.
Día del Santo Cristo.
El sueño reparador se alargó mucho más de lo previsto y no pude acudir al Santo Cristo que, según me contaron después, estaba repleto de gente, ya que al ser Sábado y acompañando el  clima con un sol radiante y agradables temperaturas todo invitaba a subir a la ermita.

Yo por mi parte solo pude llegar a la plaza a la hora que se concentraban los festeros para subir a besar la reliquia de Sant Blai y aún me toco correr para alcanzar a mi filà.
Tras el beso de la reliquia y nuevamente reunidos los amigos de la cuadrilla disfrutamos de una comida en el restaurante de L’Estació de la que saldríamos con el tiempo suficiente para ver pasar por la plaza, camino del convento de las Agustinas, a las comparsas para realizar el cambio de Bandas y así proclamar a los nuevos capitanes y alféreces para el año próximo.

Decidimos no realizar el paseo completo por no llevar protección para el ruido de los arcabuces y esperamos a la filà en el balcón de mi casa , incorporándonos al desfile desde el puente.

El desfile de la filà ya dirigidos por nuestra nuevas Capitana y Alférez para 2012 resultó algo lento, pero al tratarse del último de estás fiestas siempre se agradece el estirar un poquito más la fiesta que apura sus últimas horas.
De vuelta en el maset se dieron las correspondientes enhorabuenas a los nuevos cargos y despedimos con un aplauso a los músicos que antes de volver a su pueblo interpretaron una vez más “El Zuavo”.
Desde hace años una de las noches de fiestas procuramos reunirnos a cenar todos los amigos con sus parejas sea cual sea su filà. Este año elegimos la noche del Sto Cristo por ser fin de semana y permitirnos disfrutar de la cordà desde el maset los menos atrevidos y en medio de la plaza los más.

Comentar que la caña de los Zuavos entró como cada año en la placeta de Sant Blai y causo el pánico de unas personas de fuera del pueblo que creyendo que allí estarían seguros se habían refugiado en la escalerita que baja a las dependencias de los músicos. Si no llega a ser porque se les abrió la puerta del maset para que entrasen, aun a riesgo de que se colase un cohete, podrían haber sufrido algún percance al carecer de protección alguna.

La Cordà más larga que de costumbre, contó con la visita de gente de otras poblaciones en las que hay gran tradición de cordaes y finalizó sobre la 01:30 de la madrugada.

Tras la finalización del acto algunos dimos por concluida la fiesta y nos retiramos a casa con cierta sensación de nostalgia por la fiesta que acababa.

Día de L’Eixabegó
Tras una larga mañana dedicada a poner en orden todos los trastos que estaban por medio en casa y recoger el traje de fiesta nos reunimos de nuevo los amigos, ya de paisano y algunos desbarbados, en  “les paraetes” a la espera de que se hiciese hora de entrar al maset a compartir la última de las comidas de las presentes fiestas.
La cazuela al horno este año estaba muy buena , en su punto…y la generosidad de la camarera nos permitió repetir en varias ocasiones. Curioso el hecho de que como no había repostería para todos se dejo un expositor de tartas y pasteles  en el centro del salón para que se sirviese el que quisiese, y algunos componentes se abalanzaron como tigres acabando con los pasteles en cuestión de segundos.
Para los que nos dio más vergüenza demostrar ansia por el dulce,  el postre consistió en naranja y una deliciosa coca de chocolate que se nos ofreció a continuación.
 Finaliza la comida y con ella la fiestas, despedidas de algunos que hasta el año que viene no se dejarán ver, hasta pronto de los que somos más fieles a las cenas de panellet y último paseo por las paradas de fotos .

Al caer la tarde dedico mi tiempo a limpiar las botas de mi traje de zuavo y a quitar el “rodabalcons” , llamo a mis padres que me informan que vuelven a Valencia y que a mi padre le han dado en la filà una placa con motivo de su paso a “Veterano” tras toda una vida de pertenencia a la filà de Contrabandistes.  

Desde el balcón aprecio los últimos coletazos de la fiesta 2011, los empleados del  catering del maset de los moros cargan la camioneta. Los últimos festeros salen de las reuniones de sus filaes..poco a poco la fisonomía del pueblo va adquiriendo el aspecto de la rutina que vamos a retomar a partir del día siguiente.

Solo el alumbrado de fiestas se resiste a apagarse como símbolo de que la fiesta aún no ha finalizado del todo y de que nunca llegará a hacerlo ya que la fiesta en Bocairent es continua… quedan por delante muchos “actos”  , las próximas reuniones de filà, cambios de juntas, ver como queda finalmente el tema del cambio de fechas, panellets, desfiles etc que nos acercan ya a la fiesta de 2012
Quiero agradecer a mis amigos y familiares los momentos vividos  y rogar al patrón Sant Blai que nos conceda a todos la oportunidad de disfrutar juntos de las próximas fiestas 2012 y que podamos compartirlas todos los que ya estamos con los que están a punto de llegar.
Un año más quiero finalizar esta crónica con un  
¡¡VÍTOL AL PATRO SANT BLAI!!