Verbeneando

El pasado sabado salimos a cenar varias personas a un restaurante de una localidad vecina y ante el absurdo de mover dos coches para desplazar a cuatro personas, optamos por ir todos en el coche de mi amigo.

Era una de las pocas veces en las que no cogía mi propio coche para una salida nocturna, ya que como soy culo de mal asiento, siempre prefiero llevar mi vehículo para tener la opción de volver cuando me de la gana..., pero en principio ibamos a cenar y volveríamos a casa pronto, así que no parecía haber peligro de que la salida nocturna se dilatase en exceso y tuviese problemas para volver a casa a la hora prevista.

La cena transcurrió sin novedad y de forma agradable, fue al salir al restaurante cuando la novia de mi amigo hizo la mortal sugerencia...

-¡En el pueblo de al lado hay una verbena! podríamos acercarnos a ver el ambientillo que tengo ganas de marcha...

-¡Maldición!-pensé para mi interior, -¡una puta verbena!,¡odio las verbenas!, a ver como me salgo de esta con diplomacia....

-Yo estoy algo cansado...-dije- a mi casi que me dejas cerca de donde tengo el coche y así ya os vais a vuestra bola.

Os preguntareis que es lo que tanto me molesta de las verbenas...os daré mi definición.

Verbena: Dicese del espectáculo musical celebrado al aire libre generalmente en un espacio polvoriento en el que diversa fauna ejecuta sus rituales verbeneros acuerdo a su edad mientras un grupillo de cuestionable calidad berrea los ultimos exitos musicales al tiempo que la cantante buenorra de turno enseña cacha sobre el escenario.

No se que es lo que más me jode de la Verbena, pero creo que el problema no está en ella, sino en mi...

Pero no adelantemos acontecimientos....sigo contando.

Mi novia parecía querer subir a la Verbena también, y yo me hacía el remolón. -¡Bueno!,- accedí, pero me dejas que coja mi coche que así me bajaré en cuanto me canse ¿vale?.

Al pasar junto al lugar en el que estaba estacionado mi coche, mi amigo lejos de parar, apretó el acelerador y pasó de largo deliberadamente.

-¡Eh tio que mi coche está aqui!,grité

-¡Esto es un secuestro!, nos vamos juntos tio muermo- se reia mi amigo- que si te dejo bajar fijo que o no subes a la Verbena o te piras enseguida.

-La madre que te parió tio cabrón, me cago en tus muertos!-murmuraba yo entre dientes en el asiento trasero mientras ambas chicas celebraban con sus risitas la ocurrencia de mi ..¿amigo?.

Mas cabreado que una mona llegué a la Verbena en cuestión...y allí el típico panorama.

Una tia cantaba sin mucha voz pero con todo un repertorio de posturitas insinuantes en lo alto de un escenario, la verdad es que la tia se gustaba, se gustaba tanto a si misma, que si en ese momento desaparecemos todos, fijo que ni se entera.

La tia iba acompañada por dos o tres maromos Bisbaleros que encandilaban a su vez a las chavalitas adolescentes fardando de bronceados biceps y tirabuzones meleneros al tiempo que rascaban sus monísimas guitarritas.¡En fin!, un conjunto de lo más...¿como se dice?...¿COOL?

Los quinceañeros bailaban empujandose delante del escenario y levantando una nube de polvo mas gruesa que la que provocó el derrumbe de las torres gemelas. Se les veia gozar a los cabrones, bailaban, saltaban ,reian y se pavoneavan como tontos delante del grupo de niñatas que se hacian escuchitas al oido nerviosas y alborotadas mirando a este o a aquel.

En el sector barra gente diversa (en su mayoria jovencillos borrachines y maduros buscando guerra) se daba al bebercio con fruicción (la verdad es que para disfrutar de una verbena solo hay dos salidas o vas borracho o tiene quince años) mientras le daban la barrila a las veteranas calentonas de turno. (Cuando vuelva la mujer del apartamento y se lo cuenten en la pelu ¡¡ya os apañará, ya..!!).

El panorama lo completabamos el sector penoso, los treintañeros. Alli estabamos reprimiendo los deseos de correr hacia la barra o hacia casa..sabiendo que cualquiera de las niñas que pasaban maquilladas como puertas nos consideraba como desechos del Cretácico superior. Nosotros alli ejerciendo de poste inamovible mientras nuestras chicas cascaban. Mirando con cara de perro (como mandan los cánones) a todo aquel chavalin que osase posar su mirada en el culo de nuestras sacrosantas compañeras y al tiempo aburriendonos como chinos mientras envidiabamos a los hijos de puta de quinceañeros que pareciían disfrutar cada vez más.

Súbitamente un sonido celestial llegó a mis oidos, era mi (ahora sí) amigo.

-¿Quereis que nos vayamos tio?, esto es un muermo ¿no?.

-¡Vamos, vamos! grite yo jubiloso.

¡Que bien, mi casita, mi camita!. Jodeos quinceañeros, mañana mi venganza será más dulce ,porque cuando mientras yo este a remojo en la piscina con mi novia tomando una cervecita, vosotros os estareis retorciendo resacosos en vuestras sudadas camas. ¡Jua jua jua!

En fín que creo que este verano ya estoy cumplido con las verbenas. Intentaré no volver a una hasta que tenga 80 años a marcarme con mi chica un buen pasodoble a los compases de "Churumbelerias" o "El gato montés" .